viernes, 31 de julio de 2015

La señora de las mudanzas.


Y Aquí estoy yo cambiado de casa, de nuevo, sin cama, en un colchón con una manta y rodeada de cajas llenas de cosas que según yo son importantes pero que en el fondo sé que son solo basura que sigo llevando conmigo de un  lugar a otro.

Muchas personas no comprenden porque te mudas tanto, porque cambias de lugar, porque no te quedas quieto, porque no te creas una rutina y vives en una ciudad sumergida en la belleza de la monotonía por el resto de tu vida y la verdad es que a mis  recién cumplidos veinticuatro aun no lo sé, supongo que hay gente para todo, pero creo que es algo genético, algo que te pasan o algo que se te pega, mi padres tienen alma gitana o bueno cuando digo se te pega es porque mi mama pertenece a una familia no muy viajera de esas que viven  muy cerquita unos de otros, pero ella presa de amor esta contagiada de este problema de los viajes constantes ya sea de  estancias permanentes o de locuras momentáneas de llenar la maleta con unos jeans y unas bragas .

Así que mi padre es que el que trajo la enfermedad de los viajes y las mudanzas cuando formo esta familia y es a él a quien mayoritariamente atribuyo las razones de la teoría genética de esa alma nómada que tenemos y es que  mi familia paterna tiene  espíritu de inmigrante, desde mi abuela la italiana que llego al país cuando era una niña en una vieja embarcación , hasta mi tía que en busca de algo mejor empaco sus cosas y salto  de Colombia a estados unidos, y al final termino en Japón, hasta llegar  a mi padre que le dio la vuelta al país de ciudad en ciudad hasta que sintió que le quedo pequeño y se fue al continente europeo a comenzar de cero, así que, en resumen cambiamos tanto de ciudad cuando era una niña que recuerdo odiar empacar la maleta y soñar con el día  en que simplemente me quedaría en un lugar para SIEMPRE, para no irme nunca más, para sentir que pertenecía  allí.

Y el milagro se cumplió y el lugar apareció, mi tierra natal me brindaba la oportunidad de regresar de otro continente y quedarme por cinco años atada a una carrera de derecho que llevaría a cabo en la ciudad que me vio nacer y que me vio partir cuando era una niña, tenía que volver a ese lugar y aunque según mi registro civil era ahí donde pertenecía, lo cierto era que en esa ciudad no conocía a nadie, seria de nuevo la “nueva” la recién llegada, la que tiene que agradar para encajar, volvería a pasar por ello por primera  vez por MI VOLUNTAD y estaba segura de que sería la ULTIMA.

 llegue llena de alegría y esperanza, hice amigos con facilidad ( a pesar de mi mal carácter  ya conocido) me acostumbre a la nueva rutina, con el paso del tiempo mi familia se estableció conmigo ( no a tiempo completo) y lo hicimos lo mejor que pudimos durante cuatro años, pero en el fondo las personas saben cuándo ese no es precisamente su destino y un día, después uno de sus tantos viajes, mis padres me  informaron:  “ nos mudamos, no nos gusta la ciudad, comenzaremos de nuevo lejos de aquí” FIN DE MUNDO, CAOS POR TODAS PARTES, MI APOCALIPSIS  PERSONALIZADO  HABÍA LLEGADO. 


Mis padres se fueron y mis hermanas junto con ellos y yo  había decidido esperar a cumplir con lo que me había prometido y me quede, encontré un lugar cómodo y me establecí  cual mujer responsable y moderna  de ciudad, pero a pesar de que  conocía a mucha gente y con el tiempo  había construido una vida en aquella ciudad , comencé a sentir envidia y descubrí que en realidad tampoco pertenecía a ese lugar, que quería irme, que quería volar, que ese ciclo había terminado para mí y ese año lo odie,  la ciudad me consumía, la monotonía era agobiante, no podía respirar, algo no podía estar bien en mí,  yo había soñado con permanecer en un solo  lugar PARA SIEMPRE, y ahora solo quería salir corriendo,  así que lo entendí, no es que no  fuera mi destino es que estaba escrito en mi mapa genético con letra grande y en negrita : NO PERTENEZCO A NINGÚN LUGAR EN EL MUNDO, ME PERTENEZCO A MI. Y empaque mis maletas y me fui, porque eso me hacía feliz, porque podía respirar solo de pensar en comenzar de nuevo en otro lugar,  por dejar todo atrás,  mis amigos lloraron y hubo tristeza, pero yo solo podía soñar con salir de ahí, pasara lo que pasara en el camino, subir al auto y viajar.

Y así paso el tiempo, hace un par de años que llegue a  esta ciudad acompañada de mi familia y aunque prometimos quedarnos aquí para siempre, la realidad es que aun buscamos nuestro lugar, mis padres  viajan a otros lugares constantemente y yo me he marchado por temporadas  también, el mejor plan sigue siendo empacar la maleta y buscarse la vida en alguna ciudad y tal vez sea mi mejor plan para siempre,  esta es la tercera mudanza que hacemos en la misma ciudad desde que llegamos aquí,  siempre con la misma rutina: empacar las maletas, recoger la ropa, tirar lo que ya no se usa, regalar lo que aun sirva,  buscar una casa y vivir allí hasta que nos sintamos incómodos, hasta que algo nos moleste, y lo peor es que esta es la vida que  TODOS elegimos, porque así somos, aunque  muchos  pregunten ¿por qué? ¿Le deben algo a alguien? ¿Los amenazan? ¿ No se cansan de ser nómadas? ¿Tienen problemas? Bueno, si, probablemente tengamos problemas pero tranquilos, todos son mentales.

Para el resto de las preguntas es un ASÍ SOY, ASÍ SOMOS NOSOTROS, un día es  que hace mucho calor, luego hace mucho frio, luego es la ciudad insegura, a veces son   demasiado grandes, otras demasiado pequeñas, pero la realidad es que en el fondo nos gusta empacar las maletas y sentir que comenzamos de nuevo, que lo intentamos de nuevo a pesar de todo lo malo o  todo lo bueno.


Una de las cosas  que he aprendido con el paso de los años y es la razón por la que escribo esto, es que muchas persona buscan el lugar al que pertenecen con tanta fuerza que al encontrarse con algo complemente diferente  en cuanto a la realidad de vivir en un lugar nuevo, experimentan tal desconcierto que  se deprimen, si, depresión, de esa de la fea, y no se trata de negarlo, hasta yo pase por eso y te puedo decir que no sirve de nada, pero a medida que pasa el tiempo te das cuenta que la VIDA  es cuestión de actitud, de hacer lo que quieres, cuando quieres, tal vez ahora mismo estés en un lugar solo y triste porque no conoces a nadie, porque extrañas a tu familia y a tus amigos, porque tal vez todos hicieron una vida sin ti  y tu estas estancado en el sueño de ser súper popular en un país o una ciudad nueva de la que no sabes nada,  pero  mi mejor concejos es que vivas el momento, porque no sabes en donde estarás después, disfruta de las pequeñas cosas, de  lo simple, de lo sencillo y si vez que ese no es tu sitio  o  que no puedes respirar,  recuerda que siempre puedes volver a empacar la maleta y mudarte a otro lugar.