domingo, 28 de septiembre de 2014

PSICOANÁLISIS


"SELF - INJURY" y pensar que yo ni siquiera sabía lo que significaba esta palabra la primera vez que lo hice, este es un tema complicado, quizá uno de los más complicados de mi vida, más que nada porque nunca lo he tratado con nadie, nunca pedí ayuda, nunca tuve valor de hablar  abiertamente del problema  nunca lo he tenido y quizá  nunca lo tenga.

Aunque me he jurado recuperada y sana desde hace un par de  años, he de reconocer que este problema es uno de los que no se va, que no te deja nunca y que te marca para siempre, hoy lo recordé por ejemplo, porque vi un documental muy  interesante sobre una chica que se auto lesionaba de manera extrema y yo que soy “muy valiente”  pensé que podía verlo, mentira, mentira, mentira, no pude, no puedo, no sin sentir que me muero de la angustia, sin sentir que me paraliza el miedo, sin sentir un nudo en la garganta de  tanto evitar el llanto,  del documental solo vi la presentación de la paciente, cerré el video.

Esto me hace pensar que tan hundido tienes que estar en tu propia miseria para llegar a castigarte por lo que sientes o por lo que no eres capaz de sentir, hace tres años que me jure  a mí misma que iba a  dar  la pelea, que no iba a  permitirme  ser tan débil, que me iba a convencer  a mí misma de lo fuerte que podía ser  y lo conseguí, no fue fácil, fueron muchas caídas y tropiezos, pero lo logre y peleo con esto a diario, pero lo hice sola, en silencio, sin decirle a nadie  pase años de mi adolescencia y juventud  tajándome a pedazos, clavándome más dolor y a apuñalándome el alma y pienso en todas las personas que aún están así, en silencio aguantando, soportando, y se me parte el corazón.

Algunos piensan que quien sufre este tipo de trastornos, solo quiere llamar la atención,que  solo quiere que lo observen,  y le den palmaditas en la espalda dándole aliento y fingiendo comprensión y puede que en algunos casos sea así, pero yo soy prueba fehaciente de que este trastorno también se puede llevar en silencio, nadie en mi entorno  hizo nada, ni siquiera mi mejor amiga lo sabe, tal vez muchos dudaron, tal vez había muchas preguntas, pero ese era mi gran secreto, recuerdo que una vez termine en el hospital debido a una fiebre muy alta en medio  de la noche producida por una infección que nadie  sabía de donde procedía, pero yo sí, sentada en la sala de emergencia me aferraba a una chaqueta de algodón gris,  rogándole a Dios porque  nadie me quitara la ropa y  revelaran la razón real de la infección ( cortes producidos por una cuchilla sucia  y vieja que había sacado de un tajalápiz ) .

No fue fácil, quien diga que sufrió  algo así  y tuvo una recuperación exitosa, rápida y sencilla, miente, porque perder el control de tus propias emociones es lo más desequilibrante que te puede suceder, porque  no encuentras el  camino y sientes que te falta el aire, que tu cuerpo tiembla de impotencia y dolor  y que simplemente ya no te soportas más, es un grito de odio constante hacia tu propia humanidad que simplemente no puedes controlar. Han pasado casi tres largos años desde la última vez que de mi cuerpo corrió sangre y esas imágenes están marcadas  en mi memoria y en mi cuerpo, a veces miro cicatrices que ya  nadie nota por el paso del tiempo y tiemblo de pánico de conocer mi alcances y de saber que en algún momento de mi vida olvide poner límites a mi propio dolor.


No quiero caer, no voy caer, no pienso volver atrás.